La simbología del escudo

Todas las figuras heráldicas del escudo están cargadas de una profunda simbología. en toda figura hay dos elementos, el natural o el significado que dicha figura tiene en el mundo real y el fantástico o valor que representaba en la mentalidad de los hombres que hicieron posible el desarrollo de la heráldica. El elemento natural viene perfectamente definida en las leyes de la zoología, la botánica o las ciencias naturales. La simbología fantástica ha ido variando según los mitos y creencias de los hombres. Al valor simbólico de cada figura se debe añadir aquel que comporta la posición o atributos con que se representa. En principio toda figura tiene un aspecto positivo y uno negativo: No es lo mismo un león dibujado alzado en posición amenazadora, o rampante, que si lo dibujamos acostado, herido o mutilado. Esto no significa que el portador de dicho blasón se sirva del león en el primer de los casos para ensalzar su linaje y en el segundo para infamarlo. Sino que unas veces utilizará dicha figura heráldica en un aspecto activo, asimila su coraje o dignidad de su estirpe a un león, otras lo realiza en un aspecto pasivo, pues tan importante ha sido su estirpe que ha derrotado leones, de ahí que se sirva de ellos como un trofeo de caza que se exhibe orgullosamente; lo mismo se puede decir de cualquier otra figura con sus matizaciones. También hay que añadir la simbología propia que supone el número de unidades en que aparece representada dicha figura. Hay una simbología importante en los números. Las cifras desempeñaron un papel considerable en la Biblia y además los hombres de la Edad Media estaban muy influenciados por los tratados de Geometría y Aritmética que formaban parte de las enseñanzas básicas del momento.